lunes, 26 de diciembre de 2011

Tengo ganas de tus manos enredándose en mi pelo.

No sé si será porque tu corazón ha sido lastimado en más de una ocasión, no sé si será porque se ha vuelto frágil y no quieres que vuelva a romperse, y por eso lo proteges tan bien, tanto que cuesta horrores llegar hasta él. Sabes esconderlo bien, y por eso, quisiera darte las gracias por darme el permiso para entrar en él. Gracias por hacer que llegar a tu corazón haya sido mi misión más difícil, pero más satisfactoria. Gracias por hacer que sienta lo que siento, gracias por hacer que se altere cada partícula de mi cuerpo cuando me tocas y por hacer que se me ponga la piel de gallina cuando me dices "te quiero". Gracias por quererme y permitir que te quiera. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario